Analía52 nunca caminó en línea recta. Desde que nació, le dijeron que su destino era el de los círculos, los espirales, los laberintos sin salida. Pero nunca le dieron instrucciones sobre cómo bailarlos.
Así que decidió que no solo caminaría en círculos, sino que bailaría. Y no en cualquier círculo, sino en uno hecho de fuego, agua, aire y tierra, los cuatro elementos que se burlaban de ella cada vez que intentaba estabilizarse. Pero en cuanto sus pies tocaban el suelo, los elementos se transformaban en colores brillantes y ella ya no podía parar.
Un día, mientras giraba, se dio cuenta de que había olvidado qué significaba "adelante". Estaba atrapada en un vals con el tiempo, pero, al ritmo de la música, comenzó a percibir los bordes del universo derritiéndose a su alrededor. Bailó más rápido, más fuerte, y los planetas comenzaron a disolverse en destellos de polvo cósmico.
Cuando la música se detuvo, la gente ya no existía. El espacio se había contraído en una esfera perfecta, flotando en un vacío al que ella llamaba el final del principio. Analía52 sonrió y siguió girando. A nadie le quedaba claro si la realidad estaba acabando o si ella misma la había creado de nuevo.
Texto generado por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
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